domingo, 16 de noviembre de 2008

Ciudades tunecinas

Hola de nuevo amigos viajeros. Ya llevamos juntos varias semanas, que aunque cortas, han sido de lo más intensas. Frío y calor, nieve y sol, montaña y desierto. Hasta ahora son los polos que os he enseñado, pero mi destino sigue sin ser fijo, y espero que me sigáis acompañando en mi aventura de conocer mundo.
Por lo que he podido ver no acabáis de acertar la foto que forma parte de un todo. Bueno, como os dije, procuro ser bueno, asi que al menos os diré dónde se dirigió mi dedo autoestopista. Y es que tras Suiza, puse rumbo a Túnez, país exótico dónde los haya; pero como a mi me gusta descubrir cada rincón de nuestro mundo, pensé que seria bueno recordar lo que ya pasé cuando estuve en Egipto. Nada más aterrizar en el aeropuerto descubrí que me encontraba en un país diferente. Una cultura diferente y un modo de vida muy distinto al que nosotros conocemos, pero con hermosas ciudades que la mayoría desconocen.
Mi primera parada fue Al-Monastir, ciudad turística por excelencia del país, con grandes playas y una gran calma dónde poder disfrutar tranquilamente de los rayos de sol y del agua del Mediterráneo, ya que está situada en plena costa tunecina. Lo más increíble de ver, además de lo que ya he dicho, es el conocido Ribat, que además de su fución de monasterio, también era una fortaleza y un lugar de vigilancia dónde se refugiaban los monjes guererros y los morabitos.


Otra de las ciudades en las que detenerse en nuestro viaje es la ciudad de Sousse, que junto a Túnez, es el lugar con más zocos y en la que más compras se pueden realizar. Sousse, también conocida como Susa, es también una ciudad turística dónde os podréis bañar en las aguas del Mediterráneo y el golfo de Hammamet. Además de las compras es obligado detenerse a contemplar la Medina, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.


Otra lugar dónde mi dedo se detuvo fue en la ciudad de Kairuán. Se trata de la primera Ciudad Santa del Magreb, y también tiene el privilegio de formar parte del Patrimonio de la Humanidad gracias a su Gran Mezquita y a la Mezquita de las Tres Puertas. Además se trata de la cuarta ciudad santa del Islam, y por ello es uno de los destinos más multitudinarios de peregrinación.











La última ciudad en la que me detuve fue en la capital, Túnez, lugar con infinidades de coses por ver y conocer, y dónde la realidad del país se hace menos patente. Es una ciudad con aires de desarrollo, pero dónde las edificaciones siguen intactas, y no han dejado de significar un lugar de culto y oración para todos los tunecinos. La Medina es de obligada visita si vuestros ojos no quieren perderse una verdadera obra de arte.



De momento aquí dejo mi camino, no sin antes advertiros de que esto solamente ha sido el principio...

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