miércoles, 22 de octubre de 2008

El país de los Pirineos






Queridos viajeros,





preparad vuestro equipaje, porque hoy comienza esta aventura que nos llevará, a través de tierra, mar o aire, hacia lugares que, aunque os resulten conocidos, ofrecen mucho más de lo que aparece en los panfletos hoteleros. En mi primera travesía os acercaré hasta ese pequeño rincón situado entre España y Francia que, a pesar de su tamaño, esconde numerosos secretos que os iré desvelando a lo largo del camino.





Andorra, sí. Ese era mi destino, así que cogí mi maleta y partí hacia la carretera en busca de quienes me quisieran ayudar en el viaje. Mi dedo al fin encontró algo de solidaridad en el camino y, tras pasar la frontera -donde al entrar, y en el peor de los casos, hay que enseñar el DNI- me adentré en un mundo aparte construído entre montañas, ríos y valles.
Allí estaba yo, en pleno mes de diciembre, atravesando ciudades que se entremezclan unas con otras sin saber cual es el comienzo o el fin de cada una. Y sin saber por qué decidí detenerme al ver un reflejo en forma de pirámide. Tiendas y más tiendas repletaban la avenida Carlemany de Escaldes-Engordany. Y allí, en su centro neurálgico, se alzaba el prisma de cristal que minutos antes me había cegado. Me acerqué con interés para descubrir que eran varios los menesteres que cumplía el edificio: tiendas y restaurantes, entre otros. Pero él más conocido es el espacio termo-lúdico que da nombre a la construcción: Caldea. Es muy interesante conocer sus instalaciones, que cuentan incluso con una piscina exterior que permite al viajero disfrutar a la vez de nieve y agua caliente. Mi recomendación a este respecto es que probéis sus servicios durante la noche; la entrada es más barata y es una gran experiencia poder ver el cielo de Andorra mientras se disfruta de sus aguas termales.



Continuará...







martes, 21 de octubre de 2008

Sin rumbo fijo

Dicen que todos los caminos llevan a Roma. Y seguramente, no les falte razón. También suelen decir que el mundo es un pañuelo. Aquí o allá cualquier cosa puede suceder. Hay cientos de lugares por descubrir, miles de lugares en los que perderse y millones de rincones en los que esconderse. Y todo ello en un abrir y cerrar de ojos. Quizás vuestros pulgares no estén preparados para tanto ajetreo. Tantas idas y venidas y saltos de lugar en lugar. Pero yo que lo he visto todo, estoy aquí para mostraros no solo lo que vuestros ojos pueden llegar a ver.

¿Preparados para ver mundo?