domingo, 25 de enero de 2009

La ciudad del amor

Compañeros de viaje y aventuras. Sigo aquí, en la maravillosa y especial ciudad de París. Tras tomarme un pequeño descanso estoy de nuevo con vosotros para contaros todo lo que vi mis últimos días de viaje en la capital francesa. Si en los anteriores días me decliné más por los edificios religiosos y culturales, hoy he decidido irme a los lugares más conocidos y emblemáticos de París.
Mis pies me llevaron a la Avenida de los Campos Elíseos, que es la principal avenida de la ciudad. Sus casi dos kilómetros de longitud unen el Arco del Triunfo y la Plaza de la Concordia. El primero es digno de destacar, ya que es una construcción bellísima que conmemora las victorias en batalla de Napoleón, así como la llamada Tumba del soldado desconocido, en honor a un soldado francés muerto durante la Primera Guerra Mundial.











Tras quedar impresionado decidí relajarme y visitar Les Halles, una especie de mercados cubiertos convertido en centro comercial que contiene estación de metro y autobús, piscina, oficinas, jardines, etc. y numerosos servicios que le hacen ser una pequeña ciudad subterránea situada en el mismo centro de París.



Antes de acabar mi viaje, mme tome la molestia de subirme a un pequeño barco para contemplar la ciudad a través del rio Sena, que cruza la ciudad de París. A esta ciudad se le considera como las mismas orillas del rio, y su más de tres docenas de puentes, así como poder contemplar todos los edificios más emblemáticos de la ciudad, hacen de él otro de los símbolos de París.


Y para acabar de rematar mi viaje, no pude dejar de visitar el lugar de lugares de París. Y es que solamente la presencia de la Torre Eiffel en la ciudad ya es sobrecogedora y te deja son palabras. Una estructura de 330 metros de altura, forjada en hierro, hacen de ella el símbolo por excelencia de París, y uno de los lugares más visitados en todo el mundo. Recomiendo que os metáis dentro de los entresijos de la estructura, porque ver toda la ciudad desde dentro de la Torre Eiffel, no tiene desperdicio.


Y aquí me despido, no sin antes deciros que ha sido un placer compartir este y otros viajes con vosotros, y que espero que no veamos muy pronto. Un abrazo autoestopistas...


1 comentario:

Anónimo dijo...

Buen trabajo.